Fundada en 1660, la Hacienda Chuao, situada en un pueblo costero del estado Aragua, es la empresa aún operativa más antigua de Venezuela. Uno de los mejores cacaos del mundo se producen en este valle poblado de negros nativos descendientes de esclavos desde hace casi 400 años.
La Hacienda Chuao se encuentra ubicada en el valle de Chuao, en la cordillera de la costa venezolana, característico por sus bosques nubosos.
Las 200 hectáreas de esta plantación de cacao, que se distribuyen en una franja rectangular de norte a sur desde la playa hasta el piedemonete, de 200 a 400 metros sobre el nivel del mar donde penetra en el Parque Nacional Henri Pittier, es propiedad de la comunidad local, pero son trabajadas en la actualidad por la Empresa Campesina Chuao.
Esta sociedad, conformada por más de 100 agricultores, se encarga de los árboles de cacao y del producto final para la comercialización. Realiza el trabajo de recolección, secado y fermentación de los granos de este fruto y elabora la manteca y las pepitas de cacao de forma artesanal.
En cuanto a la exportación de este fruto, es la compañía Chuao Trading, en alianza con la Empresa Campesina Chuao, la responsable de este trabajo.
Durante más de 400 años, la Hacienda Chuao se ha mantenido productiva de manera continua, conservando su tradicional forma de producción con infraestructura heredada de la colonia, como el antiguo piso de secado, su sistema de riego y las mismas especies de árboles utilizadas para dar sombra a las plantaciones.
Los fundadores
En 1591 el Reino de España encomendó a Cristobal Mexía de Ávila las tierras de los Valles de Chuao y Zepecurinare, dando inicio a la hacienda de cacao. Tiempo después, en 1633 Mexía de Ávila decide pasar a manos de su hija Catalina Mexía de Liendo, casada con Pedro de Liendo esta encomienda.
Más de una década después, en 1649 se demarca el territorio del Valle de Chuao y se entrega a los indígenas que habitan estas tierras, quienes reclamaban como de su propiedad viejos árboles de cacao, territorio ubicado en un lugar llamado Puente Quemao.
Años más tarde, en 1671, Catalina Mexía de Liendo expresa en un testamento, que incluye cláusulas de protección para sus esclavos, su voluntad de que la Hacienda de Chuao no sea vendida y se conserve y permanezca para la iglesia.


Actualmente la Hacienda Chuao integra la lista de nominaciones de Venezuela para ser considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Para la Unesco, la Hacienda Chuao tiene una gran trascendencia en el proceso histórico de las sociedades del norte de América del Sur, tanto por la actividad productiva entorno al cacao como por la vida social de esta población de más de 2.000 habitantes.
La iglesia, construida en 1785 en sustitución de la capilla que existía en el mismo lugar; la Casa del Alto, antigua Casa del Cerro o del administrador, construida en 1652; el patio donde se seca el cacao, situado en todo el centro del pueblo; y la Cruz del Perdón, son algunos de los monumentos históricos que caracterizan este lugar.
El cacao de la Hacienda Chuao
El cacao que se produce en la Hacienda Chuao, que tiene certificado de origen, es reconocido como uno de los mejores en la categoría Premium. Fino de aroma, pertenece a la variedad del cacao Trinitario, una mezcla entre el cacao Criollo y Forastero.
La altitud, temperatura, humedad y clima del Valle de Chuao brindan al cacao que sale de sus tierras un sabor único a fruto secos y un marcado aroma con esencia a madera, que lo hace uno de los más demandados por los mejores chocolateros del mundo.
Por ejemplo, la calidad del cacao de Chuao ha permitido a la cooperativa Campesina negociar un acuerdo de suministro de este fruto con la empresa italiana Amedei, que entre sus galardonadas tabletas, se encuentra la del chocolate oscuro Chuao.

Como Amedei, existen también en el mercado nacional e internacional otras chocolateras que usan el cacao de Chuao como Casa Cacao y Herencia Divina para la elaboración de sus finos chocolates.