Esta mezcla de sabores, ideada hace más de cinco siglos por colonos españoles, se sigue disfrutando en el desayuno o la merienda como bebida para taza bien caliente.
La canela fue por décadas uno de los principales ingredientes que acompañó al chocolate que se producía en España con el cacao cultivado en el continente americano desde el siglo XVI.
Traída del continente asiático, la canela fue adoptada por los españoles como uno de sus principales ingredientes para condimentar platos dulces, como la natilla y el arroz con leche, y, por supuesto, ¿por qué no ponerle al chocolate?.
¿Qué le agregaban al chocolate?
Al descubrir que se le podía agregar otros tipos de condimentos a la bebida de chocolate de los mayas y aztecas, los colonos españoles comenzaron a ponerle al chocolate ingredientes propios que no existían en América como el azúcar, la canela, el clavo, el anís, la almendra, la avellana, la vainilla, el agua de rosas y el almizcle.
En uno de los escritos del jesuita inglés Thomas Gage, este describe cómo preparaban el chocolate para beber.
“Dejaban secar los granos de cacao y las especias juntas, lo molían y mezclaban todo. Luego lo calentaban para derretir la manteca de cacao y formar una pasta. Después aplicaban la pasta a una hoja grande o un papel, la dejaban solidificar y la despegaban como una gran tableta. El chocolate se podía preparar tanto frío como caliente”.

Hacia 1580 se construyen en España las primera fábricas donde se hacía la pasta de chocolate especiada; y en menos de 70 años, esta bebida se comienza a conocer en otros países de Europa como Italia, Francia e Inglaterra, donde también le hicieron un cambio a su sabor, eliminando casi todos los ingredientes agregados por los españoles, con excepción del azúcar y la vainilla.
Se cree que fueron los ingleses, a finales del siglo XVII, quienes le pusieron leche a esta bebida en las novedosas “chocolaterías”, una especie de cafeterías especializadas; ingrediente que se sumó a la receta como se conoce en la actualidad de la conocida taza de chocolate caliente con canela.